Antes de volver mañana a Canal 7, Diego Capusotto, sin maquillaje, se burla de sus enemigos y asegura que quienes hoy dicen tener miedo, en la época de la dictadura juntaban figuritas.
En la televisión, en el cine, en la música, en la vida, Diego Capusotto tiene aliados.
Desde hace años, dice, sabe cuál es su lugar de pertenencia y se encarga de delimitarlo con precisión. El reconocimiento popular de su programa Peter Capusotto y sus videos y, lógicamente, su propio crecimiento personal causaron que cada vez el actor haga menos concesiones. “Me senté en la mesa de Mirtha Legrand hace diez años y no quería hacerlo. Ahora ni me invitan ni lo haría.” “A los estúpidos suelo no darles explicaciones.” “Hay gente que me ha ayudado a entender este universo y a conocer para qué estamos.” Son algunas de las frases que se le oyen decir al actor en una mesa de El Progreso, el bar de Barracas que, desde hace algunos años, también se ha convertido en un sitio aliado. “De alguna manera uno está yendo al lugar de vacaciones al que siempre va, y que disfruta”, va a decir cuando explique las razones por las que elige trabajar con viejos amigos como Pedro Saborido, la otra cabeza de Peter... Pero no desconoce a sus enemigos, para quienes, asegura, también está hecho el programa que mañana a las 22:30 comienza su sexta temporada por la Televisión Pública. “Es una manera de burlarse también de ellos”, afirmará a propósito de algunos de los blancos sobre los cuales disparan, desde la parodia, sus personajes.
“El espectador nuestro generalmente le pone mucha atención al programa. Lo mira y va teniendo registro de los personajes. No es un simple programa que aparece por ahí. Muchos lo tienen como un ciclo para coleccionar, algo que después de un tiempo se vuelve a ver. Es lo que pasa con lo que en algún momento te conmovió. Aunque yo me imagino a alguien haciendo zapping y pensando ‘¿qué es esta porquería?’”
(...)
–¿Sentis que tenés que dar explicaciones por trabajar en el canal estatal?
–Noooo, depende. A los estúpidos en general suelo no darles explicaciones. Yo creo que la idiotez es como una enfermedad que no tiene antídoto, y cuando uno está en una especie de proceso de confrontación siempre va a venir alguien opuesto al kirchnerismo que va a decir que ganamos 200 lucas por mes porque somos parte del régimen, como si este fuera un régimen marxista. Son los sectores más vulgares de la sociedad, los que dicen que hoy tienen miedo y en la época de la dictadura juntaban figuritas.
Capusotto habla de política y se apasiona, anticipa lo que le despierta también el fútbol y la música. Pone primera y arranca. Parece nunca quedarse con algo por decir. “Además, si dijeran eso de la guita me sentiría más tranquilo que cuando estábamos en la época de la Alianza que terminó con (Domingo) Cavallo, el corralito y más de 30 muertos en la calle, porque en esa época no decían nada. Como la Alianza no confrontaba con nadie, terminó siendo como un dibujito animado para luchar contra las corrupciones menemistas y siendo fagocitado por el establish-ment. (Fernando) De la Rúa que iba de un lado para el otro buscando la pastilla que tenía que tomar. Nosotros estábamos en Canal 7 y nadie nos dijo nada, porque tampoco la Alianza confrontaba con nadie. La verdad es que si ahora dicen que ganamos 300 lucas me importa muy poco, pero muy poco de verdad. La respuesta que tengo para ellos es una sonrisa socarrona y que la chupen, por supuesto.”
La referencia a Diego Maradona, casi inevitable por estos días, desvía unos minutos la conversación a un epílogo mundialista. “Qué sé yo, chocan demasiado, creo que más o menos el único que puso la pelota en el piso es España. Y la Selección para mí se equivocó en el planteo, tendría que haber jugado con 4-4-2, pero yo a Maradona lo banco. Además, toda esta historia de los directores técnicos que son las nuevas estrellas de fútbol me parece bastante abominable y tiene que ver con que cada vez hay jugadores menos desequilibrantes. Parece que hoy las estrellas fueran los técnicos, si te sacan campeón. Como si ellos resolvieran todo, como si el jugador adentro de la cancha no respondiera a nada”.
–¿Le tenías confianza a la Selección en este Mundial?
–Yo a Maradona siempre lo quise, no es que lo quiero ahora porque me hago el políticamente correcto. Me hubiese encantando que la Selección gane con él, sobre todo porque en general tengo muy mala relación con todos los antimaradonianos. De alguna manera, si hay algo en lo que se asemejan Maradona y el peronismo es en eso. No porque el peronismo no sea discutible: el tema es que siempre ha interpelado a la peor lacra de la sociedad y eso es en parte también lo que lo hace a uno peronista. Todos los que son antimaradona son como los gorilas en relación con el peronismo. Yo lo veo a Toti Pasman y, bueno, si eso forma parte de lo antagónico a Maradona, no es casual. Son ese tipo de gente que cree que el periodismo está para molestar.
–Ya se volvió un personaje, también...
–Sí, estamos en una época bastante obscena, en que cada uno puede inventarse un personaje y salir por televisión. A eso juegan los mediáticos. Se han convertido en algo, tienen sus 15 minutos de fama, viditas pobres que tienen. Se deben sentir orgullosos de estar confrontando con Maradona para ver quién la tiene adentro o no. Pero pasa en todos los órdenes.
–¿Lo ves con tu programa?
–Sí, sabemos que puede haber alguien a quien no le guste pero son los enemigos comunes que tenés, y está hecho para ellos. Es una manera de burlarse también de ellos. Sabés a quién te estas refiriendo, a quién estas verdugueando.
La nota salió en Tiempo Argentino
Esta es para vos Coni.
No hay comentarios:
Publicar un comentario