Lástima que no estaba Moreno repartiendo los guantes, aunque Kunkel necesitaría el casco.
Otro Nicolino, el que me causa gracias, no asco, vergüenza, lástima, indignación y demás.
Otro análisis interesante de la cachetada lo hace Carlos M. Reymundo Roberts en su columna de La Nación, con el título: "Anatomía de la gran cachetada", de la cuál les dejo solo un párrafo:
Es decir, hay mucho ayer y mucho hoy; hay mucha historia atragantada detrás de esa mujer que se dirige a un hombre que tampoco está solo. A Kunkel lo escudan "la orga" (la de antes y la reciclada de estos días), las Madres de Plaza de Mayo, intelectuales, estudiantes, obreros, piqueteros, organizaciones de base.
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