Por Jorge Giles en El Argentino
Es el balcón de Perón.
El balcón que, con su propio idioma, también saludó, celebró y cobijó al pueblo en la Plaza de Mayo en distintas encrucijadas de la historia de los argentinos.
Allí están desde ayer, retratadas para siempre, las mujeres que están inaugurando con sus luces y con sus ejemplos de vida, el Siglo XXI.
Allí están Dilma Rousseff, la presidenta de Brasil, Cristina Fernández de Kirchner, presidenta de Argentina, Hebe de Bonafini, Estela de Carlotto, las Abuelas y las Madres de la Plaza.
La historia de nuestros pueblos volvió a estar en ese balcón.
No podía ser de otro modo.
La historia construye sus propias metáforas y es eso lo que hizo ayer.
Luego de la firma de los convenios que reafirmaron el carácter estratégico de las relaciones entre nuestros respectivos países, Cristina y Dilma se reunieron con los máximos referentes éticos de la lucha por los derechos humanos para, finalmente, presidir el almuerzo de homenaje a la ilustre visitante en el Palacio San Martín de la Cancillería.
"Quiero rendir homenaje a la memoria de Néstor Kirchner, compañero y amigo, valiente líder político y hombre de acción", inició la presidenta brasileña y continuó: “Néstor dejó un legado extraordinario para la Argentina y para todo el continente americano. Será fuente de inspiración para quienes anhelamos una América del Sur democrática”.
Cristina insistió en la necesidad de asociar esfuerzos y conocimientos para que ambos países se conviertan en protagonistas del nuevo siglo.
"No puede haber contradicción entre mercado interno y exportación. No puede haber contradicción en unir el esfuerzo de ambos países con mayores PBI de la región", aseveró.
Además, recalcó que "existe un gran desafío para los sectores privados de ambos países". "Vamos a ser protagonistas si podemos asociar nuestros conocimientos e industrias, eso será fundamental no sólo para el futuro sino también para el presente".
Sostuvo también que "si algo nos identifica a ambas es saber que el crecimiento económico es bueno si puede llegar a todos los hombres y mujeres de la nación".
Las presidentas firmaron catorce acuerdos que profundizan la integración bilateral y que abarcan varios campos, desde el proyecto de desarrollo del nuevo reactor nuclear de investigación hasta programas de vivienda, aprovechamiento del río Uruguay y promoción de la igualdad de género, entre otros.
Y como si fuera poco con el balcón, el paisaje de armonía se completaba con esa casa y esa aula transportable construida y donada por los talleres de trabajo de las Madres de Plaza de Mayo.
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